lunes, 30 de enero de 2012

TIEMPOS QUE SE FUERON



Calles de tierra, árboles a pleno,
ranchitos de adobe, coplas al viento.
Pelota de trapo, niños traviesos,
alpargatas rotas, perros y huesos,
fogatas y cuentos, asados a tiempo,
un trote a caballo. La escuela, el regreso.

Abuelos y padres, todos a la mesa.
Limpias las manos. Gata traviesa
se lleva entre los dientes un trozo de queso.
--¡Qué tiempos aquellos! Escuchando consejos.
Los sabios abuelos nos daban su tiempo.
Escuchábamos todos con mucho respeto
decir al abuelo: Hoy sembramos el huerto.
Entremos la leña que viene el invierno,
mientras la abuela teje que te teje para los nietos,
contando leyendas de vivos y muertos.
--¡Qué miedo! Se estremecen nuestros huesos
y eso era bueno para nuestros juegos.
En los carnavales de vecinos pueblos
corrían con ventaja aquellos disfraces
que nos hacían nuestros familiares
con blancas mortajas, velas encendidas,
premios al coraje de niñas aguerridas
vestidas de guerreras indias argentinas.
Tiempos de abuelos eran aquellos
que recordamos los que hoy somos ya abuelos.
Nuestros nietos no tienen tiempo para consejos.
Son ellos los que nos aconsejan en tiempos
y lugares de nuestros lejanos pueblos.
Acá en este puntito… Abuela, lo ves?
Si, lo veo. Ahí nací yo. ¡Qué bueno! Y qué lejos…
Son otros tiempos. Mejor sigo tejiendo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Esperamos que publiques más poemas de los tuyos en esta página, muy conocidos por nosotros que tenemos tus libros, pero no por los colegas y lectores del exterior. Dale.