El fuego de tus labios

Hoy quiero volver a vivir
las horas frágiles de mi
existir, y sentir el fuego
de tus labios, en los míos latir

Quiero que duerman tus ojos
en mis deseos y sueñen con
un amor inalcanzable que yo
haré sea real en tus antojos

La casina de la Torre

¡Ay, casina de la Torre,
cuántas historias escondes
entre esas cuatro paredes.
No quiero que el viento borre
las huellas de mis abuelos.

Un rasgo de vida

Abrí la ventana de aquel nuevo día.
La casa en silencio, nada allí había.
Posé la mirada en el monte que ardía.
Los árboles sin hojas caían sin vida.
¡Qué triste me siento!
¡Qué rara es la vida!
En mis sueños trepo
Como águila herida
Buscando en tinieblas
Tu imagen perdida.
Cruzando senderos que no conocía,
Volaba muy alto llegando a la cima
Y allí te encontraba desnudo y sin vida
Repitiendo palabras que no comprendía.
Bajando las alas cansada y rendida
Con el alma rota por la angustia roída
Pasaba las noches rasgando la vida
Y abatida y cansada así amanecía

¡Qué triste me siento!

¡Qué rara es la vida!

En mis sueños trepo

Como águila herida

Buscando en tinieblas

Tu imagen perdida.

Jesusa Fernández Junco de Leóz

A Jesús hecho hombre

El jardín de mi casa, es al fondo.
Es un bello paisaje de colores.
Entre los follajes verdes, me escondo
aspirando el perfume de las flores.
Las grises nubes diluidas
por el aire, inundan de canciones,
con sus trucos de imágenes al cielo,
reflejadas en un mar de ilusiones.