Tu bien sabes que yo te sigo.
Ciega voy por los caminos que tú pisas
el segador aparta las espinas
yo las piso y me lastiman, pero te sigo.
¿Sufres?, no es nada, te digo y me miras.
Sostengo tu mirada. ¡Te amo!, dije.
Voy a tu lado, donde tú vayas te sigo.
Cansada ya me paro y te pregunto:
¿Me quieres? No digas nada, te pido.
Suspiro hondo y me animo ¡yo te quiero!
Saciaré tu sed en el cántaro de mis manos.
Lavaré las heridas de tus pies
con la saliva ardiente de mis labios
descansará tu cuerpo desnudo en mi regazo
como niño huérfano sin heredades.
Peinaré tus cabellos con mis dedos
delirantes silenciosos y ¡pujantes!
abriré tu semblante hasta encontrar
tu sangre que beberé hasta saciarme.
Hoy quiero dejarte; estoy perdida
en un frondoso paisaje que arde.
¡Tengo miedo…! quiero escaparme.
Oigo tu voz distante… ¡espera mujer!
Me pides… ¡ven! Sólo es un instante.
Quiero que tengas fe en mí y me ames.
Regreso a ti y me tiendes tu mano, te sigo.
Los dos vamos descalzos por el fango
felices los semblantes, sin mirarnos.
Aprietas mi mano, tus labios se abren.
¿Me amas?, me preguntas muy suave.
Te miré y no te dije nada…¡para qué!
si hasta el fin del mundo, yo te seguiré.
4 comentarios:
Paseando por la web descubro su blog ¡Qué lindo escribe!
¡¡¡Que ardiente andas niña!!!
¡¡Bravo asturiana, sangre montañesa!! ¡¡Con mucha fuerza!!
La Calderón...
¡¡¡ puxa asturianina¡¡¡ gracies por deleitarnos los sentidos con tu bellisima poesia, un besin muy grande de esta asturiana.
Esa complicidad sólo se consigue con los años... preciosos versos, ardientes y sí, provocadores :)
te felicito
abrazos y buen finde
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